viernes, 19 de marzo de 2010
Sueño 1
sábado, 13 de marzo de 2010
ARTE SURREALISTA
...Surrealismo: Puro automatismo psíquico, por medio del cual se intenta expresar, verbalmente o por escrito, o de cualquier otro modo, el proceso real del pensamiento. El dictado del pensamiento, libre de cualquier control de la razón, independiente de preocupaciones morales o estéticas...
Tal fue la definición del término dada por los propios Bretón y Soupault en el primer Manifiesto Surrealista fechado en 1924. Surgió por tanto como movimiento literario en el que pintura y escultura eran concebidas como consecuencias plásticas de la poesía.
De entre ellos, Bretón, que era también psiquiatra, había estudiado las teorías de Freud sobre el inconsciente, que le llevaron a elaborar la poética surrealista basada en el inconsciente como lugar generador continuo de imágenes que se podían sacar a la esfera del arte por medio de un ejercicio mental en el que la conciencia no intervenga y cuyo proceso de transcripción debería ser automático. Fruto de esta época es Los Campos Magnéticos que publicó en 1921. Bretón publicó en 1928 El surrealismo y la pintura donde definió la estética surrealista; para Bretón, el inconsciente es la región del intelecto donde el ser humano no objetiviza la realidad sino que forma un todo con ella; el arte, en esa esfera, por tanto no es representación sino comunicación vital directa del individuo con el todo. Se concede también una gran importancia al sueño, donde las relaciones e imágenes inconexas se hacen más sólidas cuanto más ilógicas.
A partir de 1925 aparecen actitudes políticas y sociales dentro del surrealismo, provocadas por el estallido de la guerra de Marruecos; se producen entonces los primeros contactos con los comunistas que culminarían en 1925 con la adhesión al Partido Comunista por parte de Bretón.
Entre 1925 y 1930 aparece un nuevo periódico titulado El Surrealismo al servicio de la Revolución en cuyo primer número Aragón, Buñuel, Dalí, Elouard, Max Ernst, Yves Tanguy y Triztan Tzara, entre otros, se declaran partidarios de Bretón. Por su parte Arp y Miró, aunque no compartían la decisión política tomada por Bretón, continuaban participando con interés en la exposiciones surrealistas. Poco después se incorporaron Magritte (1930), Masson (1931), Giacometti y Brauner en 1933 y también Matta (que conoce a Bretón en 1937 por mediación de Dalí) y Lam; el movimiento se hizo internacional apareciendo grupos surrealistas en los Estados Unidos, Dinamarca, Londres, Checoslovaquia y Japón. Las disputas continuaron a través de los años, entre aquellos surrealistas que no veían por qué habían de ser comunistas y concebir el surrealismo como un movimiento puramente artístico y los más adeptos a Bretón.
En 1929 Bretón publica el Segundo Manifiesto Surrealista en el que condenó entre otros intelectuales a los artistas Masson y Picabia; en 1936 expulsó a Dalí por sus tendencias fascistas y a Paul Elouard. En 1938 Bretón firma en México junto con León Trotski y Diego Rivera el Manifiesto por una Arte Revolucionario Independiente.
El surrealismo tomó del dadaísmo algunas técnicas de fotografía y cinematografía ssí como la fabricación de objetos. Extendieron el principio del collage al asamblaje de objetos incongruentes como en los poemas visibles de Max Ernst. Este último inventó el frottage (dibujos compuestos por el roce de superficies rugosas contra el papel o el lienzo) y lo aplicó en grandes obras como Historia Natural pintado en París en 1926.
Otra de las nuevas actividades creadas por el surrealismo fue la llamada cadáver exquisito, en la cual varios artistas dibujaban las distintas partes de una figura sin ver lo que el anterior había hecho pasándose el papel doblado. Las criaturas resultantes pudieron servir de inspiración a Miró.
Masson adoptó enseguida las técnicas del automatismo, hacia 1923-1924, poco después de conocer a Bretón. Hacia 1929 las abandonó para volver a un estilo cubista. Por su parte Dalí utilizaba más la fijación de imágenes tomadas de los sueños, según Bretón, "...abusando de ellas y poniendo en peligro la credibilidad del surrealismo..."; inventó lo que él mismo llamó método paranoico-crítico, una mezcla entre la técnica de observación de Leonardo da Vinci por medio de la cual observando una pared se podía ver como surgían formas y técnicas de frottage; fruto de esta técnica son las obras en las que se ven dos imágenes en un sola configuración. Oscar Domínguez inventó la decalcomanía (aplicar gouache negro sobre un papel el cual se coloca encima de otra hoja sobre la que se ejerce una ligera presión, luego se despegan antes de que se sequen).
Miró fue para Bretón el más surrealista de todos, por su automatismo psíquico puro. Su surrealismo se desenvuelve entre las primeras obras donde explora sus sueños y fantasías infantiles (El Campo labrado), las obras donde el automatismo es predominante (Nacimiento del mundo) y las obras en que desarrolla su lenguaje de signos y formas biomorfas (Personaje lanzando una piedra). Arp combina las técnicas de automatismo y las oníricas en la misma obra desarrollando una iconografía de formas orgánicas que se ha dado en llamar escultura biomórfica, en la que se trata de representar lo orgánico como principio formativo de la realidad.
Magritte (algunos de sus cuadros se encuentran en la tabla al fondo de esta página) dotó al surrealismo de una carga conceptual basada en el juego de imágenes ambiguas y su significado denotado a través de palabras poniendo en cuestión la relación entre un objeto pintado y el real. Delvaux carga a sus obras de un espeso erotismo basado en su carácter de extrañamiento en los espacios de De Chirico.
El surrealismo penetró la actividad de muchos artistas europeos y americanos en distintas épocas. Pablo Picasso se alió con el movimiento surrealista en 1925; Bretón declaraba este acercamiento de Picasso calificándolo de "...surrealista dentro del cubismo..."
Se consideran surrealistas las obras del período Dinard (1928-1930), en que Picasso combina lo monstruoso y lo sublime en la composición de figuras medio máquinas medio monstruos de aspecto gigantesco y a veces terrorífico. Esta monumentalidad surrealista de Picasso puede ponerse en paralelo con la de Henry Moore.
En 1938 tuvo lugar en París la Exposición Internacional del Surrealismo que marcó el apogeo de este movimiento antes de la guerra. Participaron entre otros, Marcel Duchamp, Arp, Dalí, Ernst, Masson, Man Ray, Dominguez y Meret Oppenheim. La exposición ofreció al público sobre todo una excelente muestra de lo que el surrealismo había producido en la fabricación de objetos.
Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, los surrealistas se dispersan, algunos de ellos (Bretón, Ernst, Masson) abandonan París y se trasladan a los Estados Unidos donde siembran el germen para los futuros movimientos americanos de posguerra (expresionismo abstracto y Arte Pop).